domingo, 25 de diciembre de 2011

¡Necesitamos un Corazón!

¡Necesitamos un Corazón!
Tema correspondiente al Viernes de Regusto del día 16 de Diciembre del 2011

Estábamos terminando la pésima cosecha del 2007-2008 cuando mi tocayo -el hijo de Don Eneme - decidió cerrar por completo su etapa como cafetalero en la Sierra Norte de Puebla, ofertándonos a mis socios y a mí, la industria para la transformación del Café conocida como Beneficio Húmedo, Beneficio Seco y Torrefactora.

Con un gran esfuerzo de mi  parte y la de los inversionistas, después de unos días de negociación, cerramos el business, peeeero...

Nos descapitalizamos y ya nadie tenía dinero en su cochinito, ni bajo el colchón.

Los dos mil jornales que se invirtieron en campo para echar a andar la finca, junto con el desembolso para la compra del Beneficio, nos había dejado con las bolsas completamente vacías.

Apenas nos sobraba dinero para un par de chapeos y un poquito más...

¡Señores! - les dije a mis socios inversionistas que vinieron desde Monterrey, Puerto Vallarta, Querétaro, Cd. de México y el Distrito Federal-

Lo que tenemos no nos alcanza, si no mantenemos la inversión en la finca; ¡Se va a morir!

¡Necesitamos un Corazón!
Con el ánimo a todo lo que da, nos apuramos a preparar sandwiches, agua y refrescos para el recorrido a pie por toda la finca. Debíamos encontrar el lugar ideal de nuestro corazón.

Cabe mencionar que el grupo era bastante nutrido porqué, se integraba además de los socios por sus familias, niños, esposas, suegros y amigos.

Después de un par de horas de recorrido, nos internamos en una sección que parecía Bosque Embrujado. Tenía exceso de sombra y las plantas de Café de ese lugar semejaban esqueletos esperando ser enterrados.

Aquí ¿Qué hay? - Preguntó mi hijo de 7 años.-

Aquí hay una historia que quiero contarles - dirigí mi respuesta a todo el grupo, mientras atravesábamos los árboles y los Cafetales-

¡Parece un laberinto! - Replicó mi hija de 5 años, excitada por las vueltas que dábamos para llegar al objetivo.-

¡¡¡Guuuuuauuu!!! ¡Un Pozo como el de las películas! - Exclamó una de las socias-

Finca de Café "El Renacimiento"

En ese momento el instante fue mágico, debido al entusiasmo de la decena de niños que nos acompañaban que salieron disparados hacia el pozo.

Finalmente, todos nos juntamos alrededor del mismo y empecé a contarles...

Don Genaro, un viejo que trabajaba en esta finca, venía cada año el 24 de Junio en el día de San Juan Bautista a hacer un ritual para pedir que la cosecha de ese año fuera buena, que no faltara la lluvia y que no cayera una helada.

Don Genaro, sacaba un par de cubetas con agua del pozo y como hacen los sacerdotes con el agua bendita; salpicaba con sus manos las plantas cercanas mientras rezaba y hacía su petición. Sus recorridos, efectivamente semejaban los de un laberinto debido al trazo de curvas de nivel de las plantas. Una vez terminada su oración, buscaba un tronco para sentarse y comer su "lunch" a un lado del pozo.

Creía que no era justo llegar y pedir sin compartir. Por eso destinaba el resto del día a arreglar las flores que él mismo había sembrado en ese lugar.

Ese día, el pozo lucía abandonado y triste. Quizá por que el viejo fue despedido cinco años atrás y nadie había respetado su costumbre.

Ese día, entre todos los socios decidimos el lugar de ¡Nuestro Corazón!



Hasta la Próxima y Gracias.