viernes, 23 de diciembre de 2011

Bip...bip...bip ¡Está Viva!

Bip…bip…bip ¡Está viva!
Tema correspondiente al Viernes de Regusto del día 9 de Diciembre 2011
Robert Kiyosaky había logrado revolucionar la manera de pensar de cientos de miles de personas en todo el mundo y yo no fui la excepción.

El verano del 2006 devoré como animal hambriento en menos de medio día Padre Pobre, Padre Rico segundo libro  y primer Best Seller de la colección de libros de Robert Kiyosaky.

La primer acción que tomé fue traspasar el crédito hipotecario que había adquirido un par de años atrás y salirme de la que fuera mi casa con mi esposa y mis dos hijos tras siete años de haber regresado a mi natal Puebla. La segunda fue el diseño de un juego de mesa referente al Café. La tercera fue la elaboración de un proyecto de inversión de capital nacional e internacional para la comercialización de Café en la cosecha de ese mismo año buscando obtener utilidades para solventar los costos finales del juego de mesa. Pero. Como siempre. el destino tenía preparado otro camino para los siguientes años.

En medio de la cosecha 2006-2007 la comercialización no fue lo que esperaba debido a que el socio exportador que se encargaría de comercializar el Café en el extranjero, optó por no hacerlo debido a las condiciones monopólicas de las trasnacionales en el mercado nacional y a que a principios del 2007 falleció mi madre.

Pero andar recorriendo las zonas cafetaleras me dio dividendos: Una de las Fincas del Grupo Tika en las cuales había trabajado como ingeniero y administrador diez años atrás, estaba en venta a precio bastante accesible gracias a que mi tocayo  > el hijo de Don Eneme, que ya se había muerto< decidió bancar su capital y su fortaleza como empresario en proyectos inmobiliarios y turísticos en Playa del Carmen, Quinana Roo.

Nuevamente preparé un proyecto de inversión para la compra de la Finca de Café y en un fin de semana junté el capital para efectuar la transacción comercial.

En ese entonces la Finca estaba completamente enmontada y abandonada por más de cuatro años seguidos lo cual me orillo a plantear la inversión como el “fraccionamiento” de una sección de la finca y el resto para tratar de hacerla productiva con Café.

Durante el 2006 el Gobierno del Estado de Puebla acababa de emitir la Ley de Fraccionamiento y Urbanización la cual desconocía,  pero al tratar de ajustarnos a los requerimientos oficiales; descubrí que para fraccionar la finca es obligatorio hacer calles, introducir drenaje, agua potable y energía eléctrica,  lo que hace incosteable la venta de lotes para urbanización en la zona donde está la finca simplemente porque las personas son pobres.

Paralelo a la elaboración del presupuesto para la urbanización se echo a andar el Plan de Trabajo para la Finca de Café empezando por el chapeo.
Cuando se limpio la finca. Pude descubrir que dos terceras partes de la plantación habían “desaparecido” y la otra tercera parte de plantas lucían improductivas y sin vida.

Vamos a podar agresivamente - Le dije al encargado de campo.- Empezaremos por recepar la parte más alejada del casco y veremos que es lo que sobrevive para la primavera.


Ese año, la cosecha 2007-2008 fue muy mala y junto con la falta de capital suficiente para renovar la plantación, llegamos a la primavera del 2008.


Era 23 de marzo, cuando "reventó" la mejor floración de ese año, junto con el aroma seductor de los cafetos, nacieron por "manojos" los hijuelos de las plantas que recepamos meses atrás, como inminente señal de que la finca se resistía a su muerte.


Flor de Café
En medio de esa franca respuesta de vida; me encontraba parado entre los cafetales. No estaba solo, las aves se paseaban cantando de un árbol a otro, el viento hacía que las ramas de los cafetos hablaran al mecerse, las lagartijas revoloteaban la hojarasca del suelo, zzzzz, zzzzzz, escuchaba perfectamente el zumbido de las abejas que apuradamente recogían el polen de la Flor del Café y, en esa comunión con la naturaleza: ¡Me sentí Feliz!


No estaba solo
Mi corazón latía como "burro sin mecate" Bip...bip...bip... ¡Está Viva, Está Viva!


Ese día la finca me dijo su nuevo nombre:


"El Renacimiento"


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