miércoles, 14 de diciembre de 2011

¡Es nuestra primera vez!

¡Su primera vez!

Salimos de la Oficina en Puebla a las 5:00 PM rumbo a Chicontla en la zona Productora de Café en la Sierra Norte de Puebla para pasar la noche en una casa que nos facilitaba el Juez de Paz (máxima autoridad de una pequeña comunidad en México) a los que entonces trabajábamos en Jornaleros Agrícolas.

Apenas pasaban de las 11:00 PM cuando llegamos, rápidamente abrí la puerta e invité a todos los integrantes de mi equipo a pasar y depositar  nuestras mochilas para irnos a echar unos tacos al puesto de enfrente cuando escuchamos unos ruidos que provenían de la única recamara de la casa.

Jaime se apresuró a sacar el machete de la camioneta y sin titubear abrió la puerta, prendió la luz y …

¡Sorpresa!
Un par de chavitos de unos 15 años estaban encueraditos muertos de miedo tratándose de tapar ante la mirada inquisidora de Jaime…

¿Qué están haciendo? –Preguntó Jaime con un grito y aparentemente muy encabronado.

¡Nnaannaa…nada Señor!Respondió el muchacho con una mirada de terror al ver que Jaime tenía en una de sus manos el machete desenfundado y listo para hacerlos cachitos

¿Cómo que nada? A caso ¿Crees que soy un imbécil? ¿Sabes que el papá de esta muchachita me envió para ver que le estás haciendo? –Les preguntó Jaime sin dejarlos respirar

Señor. Perdón lo que pasa es …

¿Cuántas veces le han visto la cara de estúpido al pobre padre de esta niña?

 Responde sin mentirme o ahorita mismo lo llamo para que venga a vestirlos él en persona. – Insistió Jaime desde el filo de la puerta dirigiéndose al “güero” mientras hacía un gran esfuerzo por no soltar la carcajada. Obviamente el resto del equipo empezamos a reírnos sin parar mientras oíamos el regaño que les estaba propinando Jaime.

Muertos de miedo con la voz quebrada y lágrimas en los ojos ambos espetaron al unísono:

¡Es nuestra primera vez!

¡Bueno. Si es la primera vez. Los perdono! Vístanse y váyanse antes de que llegue tu papá niña.

Moraleja.

Si tienes calentura y descubres una recámara vacía
¡Pon cerrojo a la puerta, para hacer tus travesuras!