jueves, 15 de diciembre de 2011

Cita con la muerte

Cita con la muerte

Tras un año con baja producción en la Finca de Café El Renacimiento. Por fin habíamos podido cerrar la compra del Beneficio de Café que originalmente pertenecía a la misma finca. Pero que había sido dividido para efectos crediticios por su anterior propietario en dos partes: La Finca y la Industria.

Apenas y había pasado un mes cuando llegó corriendo a la casa Marco el encargado de la Finca para pedirme alcohol…

Inge. Tony  >el encargado del beneficio de unos 24 años<  se cayó de la escalera y se desmayó. Necesito alcohol para tratar de despertarlo.

Le dí la botella y lo acompañé para ver que había pasado.

Al entrar al cuarto de Tony (dentro del beneficio) lo vi tirado en el suelo e inconsciente.

¿De dónde se cayó? ¿Alguien vio algo? – pregunte a los trabajadores que se agruparon alrededor de Tony

Lo que pasa es que se electrocutó. Cuando iba a poner la escalera para pintar la bodega. Toco los cables de luz. Salieron chispas y se cayó. – Me respondió Celestino uno de los trabajadores.

Pero ¿Por qué? El tenía que arreglar los tostadores. ¡No tenía que estar pintando! ¿Cómo es que se electrocutó si el es experto en el sistema eléctrico? – Tiré preguntas tratando de buscar una respuesta convincente.

Nadie dijo nada.

A ver. Denme chance – quite a los trabajadores de mi camino con mis manos-  Me acerqué tomé su muñeca para encontrar el pulso. Me acerque a sentir su respiración y abrí sus ojos tratando de encontrar respuesta en su mirada.

Un escalosfrío recorrió todo mi cuerpo. Mis manos empezaron a sudar mi cuerpo temblaba como cuando tenía mucho miedo de niño. Sabía que nada se podía hacer. Sin embargo les pedí a todos me ayudaran a cargarlo a hasta la camioneta para llevarlo al hospital tratando de hacer algo por revivirlo.

En menos de 20 minutos llegamos al hospital del Seguro Social de la Ceiba. Me estacioné en el lugar de la ambulancia y pedí una camilla para trasladarlo a urgencias.  Inmediatamente salió la doctora y en la misma puerta nos informó: el paciente ya falleció. No hay nada que hacer.

Charito >su esposa< me miro a los ojos y me dijo:

¿Verdad que está dormido ingeniero? ¿Verdad que usted me lo va a despertar?

Con la garganta estrangulada por las lágrimas le tuve que reponder. No charito. ¡Ya no va a despertar!


En memoria T. qepd. Mayo/2008

Salí de urgencias y recorrí palmo a palmo el patio del hospital llorando como un niño. De vez en vez levantaba la mirada al cielo y reprochando cuestionaba  ¿Por qué? ¿Qué te hice? ¿Qué estoy haciendo mal? Pero la única respuesta que recibí fue de uno de los enfermeros: Señor. ¿puede quitar la camioneta de la entrada de las ambulancias por favor?.

Con mucha ilusión habíamos decidido (mis socios y yo) darle el mantenimiento al Beneficio que nunca antes se le había dado desde su construcción en más de 30 años. Dentro de los planes de la empresa estaba como prioritario mejorar las instalaciones. Los procesos productivos y las condiciones de vida de los trabajadores. Pero ese día el destino iba a cambiar el rumbo de las cosas porque nuestro encargado del Beneficio tenía una Cita con la muerte.