jueves, 17 de noviembre de 2011

La violación de mi pequeño amigo

Violación infantil ¿Por qué?
Cuando me mandaron a dormir a la casa de la Finca Los Palomares, tuve que buscar en el poblado de Loma Bonita, en la Zona Cafetalera de la Sierra Norte de Puebla, una cocinera para que guisara mientras andaba en los cafetales dirigiendo los trabajos de campo.

La señora "Conchita", tenía dos hijos. Uno de siete y otro de cuatro años a quienes llamaré Carlos y Memín. Carlos era retraído y poco sociable, sin embargo; Memín que apenas y hablaba era muy travieso, alegre, espontáneo y carismático.

Cuando Memín me oía llegar, salía rápidamente de su cuarto o de la cocina a recibirme con un "Hola Amigo" y una sonrisa de "oreja a oreja" porque además de saludarlo con la misma efusividad, siempre traía conmigo un juguete o un dulce que había pasado a comprar para él y su hermano.

En ese entonces alternaba mis servicios como agrónomo un par de meses en las fincas de Puebla y otro mes en las fincas de Chiapas, ya que el grupo cafetalero Tika, tenía propiedades en ambos estados.

A un par de horas de haber llegado a Tapachula, Chiapas a la Finca "La Composta", el encargado me comentó que me reportara a la oficina de Xicotepec de Juárez en Puebla ya que algo había pasado.

- ¿Qué pasó Paty? le pregunté a la secretaria 

- Ingeniero, le tengo una mala noticia.  <para ese entonces, todos en la empresa sabían de mi amistad con Memín porque no era ni es común que un ingeniero de la ciudad se involucre sentimentalmente con un niño del campo.>

- A su amiguito, el hijo de la cocinera le pasó algo muy feo. Uno de los cortadores lo violó y queremos que nos diga ¿Qué hacemos? Ya le avisé a Don Eneme (El Dueño) y me dijo que usted decidiera.

-Paty,  a primera hora tomo el vuelo a México y estoy en la Finca después de las 3 de la tarde. Mientras que los policías detengan al violador y lo lleven a la comandancia. Hay que denunciarlo cuanto antes.

Salí de la caseta telefónica (todavía no era común el uso de celulares) mentando madres, encabronado bufaba mientras preguntaba al cielo por primera vez en mi vida ¿Por qué Dios? ¿Por qué dejas que un hijo de la chingada, le parta la madre a un niño de cuatro años? ¿Por qué?

Debo confesar que no soy muy "macho" que digamos y en ese momento, mis ojos se llenaron de lágrimas que se atoraron en mi garganta. La mezcla de coraje, odio, deseo de venganza que tenía hacia ese cabrón violador, hacían un enorme contraste con la alegría del recuerdo transformado en un dolor profundo por ese pequeño que había trastocado mi vida.

Cuando llegué a la finca, mi amiguito Memín corrió a esconderse tras las piernas de su madre >las que abrazaba con gran fuerza< su mirada jamás la levantó para encontrarse conmigo y lo comprendí. Hasta entonces supe del daño que le habían hecho. No era necesaria una sola palabra. A Memín le había sido arrebatada de la manera más cruel y animal su "chispa de vida." Todo por un tipo alcoholizado que solo se limitaba a decir: lo siento.

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El violador pasó un par de semanas en la cárcel porque la cocinera nunca quiso hacer la denuncia formal.

A "Conchita" la empresa le dio dinero suficiente para llevar a Memín con un Psicólogo que contactamos en el Distrito Federal, así como todos los gastos pagados por adelantado del tratamiento, el transporte, hospedaje, alimentación, consultas y terapias.

Un mes después regresó "CONCHA" a la Loma, con ropa y zapatos nuevos, maquillada y perfumada. Cuando la fui a buscar para que me contara como había respondido Memín al tratamiento me dijo: Ingeniero, me va usted a regañar, pero la verdad no fui con el doctor. Mejor busque a mi esposo (que la había abandonado 4 años atrás) para pedirle que regresáramos y parece que si quiere.

Memín, por supuesto; jamás volvió a mirarme a los ojos y yo dejé de tener cocinera por muchos años.