jueves, 27 de octubre de 2011

Una Taza de Café Fría y Rancia.

Hace 17 años conocí a una niña que jamás olvidaré. En ese entonces trabajaba como supervisor regional de uno de los programas creados durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari que atendía a uno de los sectores más lastimados de nuestro país; los Jornaleros Agrícolas.

Junto con mi equipo de trabajo de la Sierra Norte de Puebla, llegamos a una comunidad inmersa en la zona Cafetalera del municipio de Zihuateutla llamada La Laguna.

Ese día almorzamos un par de latas de sardinas en jitomate con un paquete de galletas saladas, los indispensables chiles en vinagre y para no variar una coca cola "todo un lunch gourmet."

Durante la mañana hicimos nuestras acostumbradas actividades de promoción social con los habitantes de la comunidad y por la tarde visitamos a los papás de Lolita porque varias personas nos habían comentado sobre su caso.

- Lolita, una niña de dos y medio años de edad, nació con un problema cardíaco y necesitaba urgentemente una operación para sobrevivir. Los doctores regionales, no le auguraban más de dos años de vida si no se operaba (en medio de la imagen.)

En el centro Lolita

Con la seguridad, arrogancia e inexperiencia propia de la juventud me aventuré a comprometer mi palabra. Les juré a ambos padres que la ayudaríamos. En ese entonces, en la capital del estado acababan de inaugurar el Hospital del Niño Poblano y nosotros cabíamos perfectamente en su frase publicitaria: "Ningún Niño Poblano se quedará sin atención médica"

A lo largo de la siguiente semana recopilamos el expediente médico y la demás información requerida para su canalización. Todas las personas dentro del programa de jornaleros agrícolas involucradas directa o indirectamente en el caso participaron activa y emocionadamente desde el principio porque, al fin, tras varios meses de haber hecho puras pláticas preventivas; todos teníamos la oportunidad de participar en algo que nos hiciera sentirnos orgullosos de nuestro trabajo, Salvar a Lolita.

Nadia se convirtió en el "coco" del Hospital durante el siguiente mes. Cuando no eran visitas personales, era una llamada por teléfono cada tercer día preguntando ¿Cuándo podemos llevarles a Lolita? y la respuesta fue casi siempre la misma: Nos falta que firme la autorización fulanito de tal. Su labor como enlace de salud dentro del  Programa Nacional de Solidaridad con Jornaleros Agrícolas "PRONSJAG" fue más allá de una simple manera de cumplir con su trabajo.

Finalmente un martes por la tarde cuando me reportaba vía telefónica desde Cuetzalan del Progreso con Ramiro,  <coordinador operativo del programa> me informó que teníamos agendada para el siguiente día a la 1:00 PM una consulta para determinar la gravedad Lolita y en base a ello programarla para su intervención quirúrgica. 

-Jerry acompañame a la Laguna, por fin nos programaron para atender a Lolita-  < invité a uno de mis amigos y compañeros de equipo> Salimos de la Sierra Nororiental de Puebla a las 6:15 PM, para no tener que dar la vuelta hasta la capital decidimos cruzar la carretera Inter-Serrana a pesar de la hora y del aguacero que caía.

Llegamos a La Laguna cerca de las 6:00 AM del siguiente día con el tiempo suficiente para regresar a la capital e internar a Lolita en el hospital. Estacionamos la camioneta en la escuela y caminamos unos cien metros hasta su casa.

¡ Toc, toc, toc !

¡ TOC, TOC, TOC, TOC !

¡TOC, TOC, TOC, TOC, TOC !!!

¡Señor, Ya la hicimos! preparen una muda de ropa para ustedes y para Lolita que tenemos que estar en Puebla hoy antes de la 1:00 PM!

¿Señor, no me oyó? ¡Van a revisar a Lolita para ver si la pueden operar esta misma semana!

¿Señor? ...

Gracias Ingeniero, pero Lolita murió hace dos días.

Jerry me tomó del brazo y fuertemente lo apretó,  -no supe nunca si de coraje o por solidaridad con lo que esa noticia representó para todos- pero tras dar el pésame a sus padres sin decir una sola palabra nos dirigimos a la camioneta y sin voltear atrás regresamos a Cuetzalan.

  • México es un País que te permite soñar con que puedes salvar una vida si haces algo por lograrlo.
  • México te da la oportunidad de mover intenciones y voluntades para hermanarte ante situaciones de dolor como la de Lolita. 
  • México es un País que vale la pena vivir, desafortunadamente; el grillete de la burocracia muchas veces hace que una Taza de Café que debe tomarse caliente, termine consumiéndose fría y rancia.