miércoles, 26 de octubre de 2011

El Vochito Increíble

A finales del siglo pasado, para ser más preciso durante la cosecha de Café en diciembre de 1997; iba conduciendo de regreso a mi casa en Xicotepec de Juárez por la carretera conocida regionalmente como La Garganta del Diablo. Eran las 11 de la noche, llovía a cantaros y había mucho movimiento debido a que el Café en Cereza se comercializa inmediatamente después de su corte a eso de las 6:00 P.M. hasta las 3:00 A.M. (Imagen: Comercialización de Café Cereza en Beneficio Húmedo)

Compra de Café

De pronto, tras salir de una curva, me topé con tres vehículos parados en frente y otros cuatro del otro lado debido a un derrumbe del cerro de Zihuateutla. El lodo y las piedras entre mezclados cubrían el camino por la parte más baja aproximadamente con un metro.

Otra vez tendré que regresar a la finca -pensé- cuando de pronto apareció tras los escombros un vochito rojo modelo sesenta y algo  rebasando al póker de estorbos estacionados frente a él. Sorpresivamente  tras detenerse unos 15 o 20 segundos para planear su ruta, ante nuestros ojos atónitos subió una piedra y otra hasta situarse encima de todos los escombros y con la misma decisión bajar hasta llegar al asfalto de la carretera. ¡Algo que sólo había visto en cupido motorizado y las caricaturas!


El conductor, un hombre maduro, güero, de ojo azul; solo se limitó a mover la cabeza y sonreír en señal de saludo a todos sus espectadores y nuevos fans.

Inmediatamente los conductores que estaban en primer plano de ambos lados, arrancaron sus fieras motorizadas y pensaron en cruzar ese “pequeño charco.” 

- Primero, una camioneta pick up roja patinó en el lodazal y se quedó atravesada con la punta clavada en el cerro, luego una camioneta de tres tonelada cargada de Café se enterró, después el taxista destrozó su carter con una piedra camuflageada con lodo y finalmente un motociclista tuvo que cargar su animal de dos ruedas tras quedar bañado completamente de lodo gracias al de la “inche pick up, el buey de la camioneta y el endejo taxista! < le gritaba a cada uno de ellos a su paso>.

Nadie, excepto el Vocho Increíble; pudo pasar hasta el tercer día en que el ayuntamiento levanto el derrumbe.

… Un par de años más tarde tras contar esta aventura a un cafetalero; me enteré de las cartas escondidas que tenía el dueño del Supervocho…

Abajo del cascarón de fibra de vidrio rojo con facha de vochito del tiempo del rock and roll, ¡se escondía un Audi del año, doble tracción, motor sellado y conexión satelital! Automóvil diseñado por la VW de Puebla especialmente para su Gerente que en ese entonces administraba una de las fincas cafetaleras más grandes de México.

Moraleja: Lo importante no es la facha de vochito que te cargas, sino el Ferrari que tienes estacionado adentro (de tu casa obviamente.)

Te invito a que nos compartas tu opinión y por supuesto a beber una taza de Café de Grano.

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 Hasta la próxima y gracias.